Gloria Macher
Entre la distancia de lo dicho y no dicho
entre el café no tomado y las historias no contadas
se pasean mis penas
sepultadas en el desierto
de las tristes elegías.
Los vientos morados
cubren tu rostro
postrado en los miles recuerdos
que nunca abandonaré.
La sinfonía de ruidos inertes
en la cuál caíste ave libre, voladora, de miles colores y bailes
se eclipsa para siempre
en el frío de tu calor eterno.
Las plantas lloran el agua cargada de tu olor fresco de mar,
a los muebles la falta de tu cuerpo avivado por el sol
y yo, la compañía de tu ausencia.